sábado, 23 de abril de 2011

No pienses que es tarde.

El orgullo mató al sentimiento, y al menos por un momento creíste que eso estaba bien. Creíste que con el tiempo todo iba a pasar, que ibas a olvidar... pero fue imposible. No se si por impulso, por orgullo o por puro placer jugás a lastimar, largás las palabras, pensando que "se las lleva el viento", pero sin saber que una palabra perdura en el tiempo, en la memoria, y que una palabra dicha en el momento justo puede sacar mil sonrisas... o mil lágrimas. Te guiás por lo que ves, la persona parece fuerte porque no llora, pero la persona más débil es la que juega a lastimar, a decir palabras sin pensar, tratando de causar más daño y así defenderse.
Te estás arrepintiendo, lo sé. En la vida, tarde o temprano todo vuelve. Sembrás amor, y siempre vas a cosechar amor, buenas amistades, amores, buenas relaciones. Sembrás odio y al momento te vas a sentir bien, haciendo sentir mal a esa persona que tanto mal (o no) te causó. Pero vas a ver, que te va a quedar esa cuenta pendiente, ese remordimiento, esa culpa que al momento no ves, pero después la sentís, vivís con ella. Sentís una deuda, ganas de remediarlo todo, pero el orgullo puede más, NUNCA vas a pedir perdón. Te entiendo, es muy difícil ser una persona orgullosa, perdés amigos, amores, buenas relaciones... Pero la vida es una rueda, y lo que ayer te lastimó, hoy mismo te puede curar; lo que ayer te causó satisfacción, hoy mismo te puede hacer perderlo todo.
Sin embargo, sabés que sentís lo mismo que el primer día, detrás de todo ese odio, ese orgullo y ese rencor, lo único que pedís a gritos es un poco de amor...