miércoles, 26 de enero de 2011

Medias naranjas (y no la de los pies).

¿Existe la 'media naranja' tan famosa? ¿Existe esa persona ideal para nosotros? Es tan difícil encontrar a la persona indicada, que cuando la tenemos enfrente nuestro, por esa costumbre al 'no va a funcionar' la dejamos ir. ¿Y si era esa persona? ¿Y si realmente valía la pena equivocarse, sufrir, llorar, pero al final tener la recompensa? Parece que nos encanta encontrarle el pelo al huevo, la quinta pata al gato. Siempre hay algo que 'no va'. O no nos llamó, o no hizo lo que queríamos, o nos dijo un 'te amo' menos, en fin. Ya no creemos en la perfección (lógicamente ¡no existe!) o mejor dicho, ya no creemos en nuestra media mitad. (Muchos creemos que a nuestra media naranja la hicieron jugo, y mientras vamos comiendo mandarinas)
Esperamos, buscamos y encontramos. Y por esa obsesión de encontrar los defectos, nos olvidamos de disfrutar la 'perfecta imperfección' del otro. Si te quiero tanto, ¿para que te voy a cambiar? si se supone que me gustaste así. Pero no, SIEMPRE algo falla. Pero quizás en verdad no falla, sino que nosotros idealizamos al otro haciendo que falle.
Buscamos desesperados al amor, buscando alguien a quien amar, alguien a quién creer perfecto, pero a veces es tan simple encontrar a esa persona, que se nos hace imposible verla. Lloramos por el amor que se fue, por el que no fue, pero también a veces cometemos el error de pensar que un clavo saca a otro, siendo que eso nos sirve solamente para convencernos a nosotros mismos que el otro ya no importa. Por eso, te prefiero así, lleno de defectos, perfecto para mi, ¿por qué? ¡Porque no soy perfecta!

No hay comentarios:

Publicar un comentario