domingo, 28 de agosto de 2011

¿Quién dijo que no te vas a ir?

Todo estaba bien, al menos eso parecía. Pero por cuánto tiempo? Horas? Días? Da igual. Tan difícil es construír algo, y tan fácil es desarmarlo... Ese es el karma de las personas inseguras como yo.
Por instinto, por necesidad, por masoquismo o quién sabe por qué pero inevitablemente, en algún momento de la vida nos aferramos a alguien (o a algo). Hoy estamos bien, pudimos contruir algo, construirnos juntos. Para mí va a ser eterno mientras te recuerde, pero para vos quizás no es lo mismo. Quizás vamos a sernos eternos un tiempo, pero quizás caigamos en el olvido y esto muere. Duele, duele acostumbrarse a que faltes, duele extrañar, duele no ser eterna (para vos). Pero lo que más duele no es lo que pasa, sino lo que puede llegar a pasar. Quién dijo que no te vas a ir? Quién dijo que esto va a ser eterno? Quién dijo que esta vez es para siempre? Quién dijo que esta vez no fallamos? Acostumbrarse tanto puede matar, duele más que te arranquen eso que tan bien te hace, que no haberlo tenido nunca. Arrancarte de mí cuesta tanto... será por eso que me aferro cada vez más y más a vos, o mejor dicho a los restos de vos. Cuánto más me aferro, mayor es el miedo que tengo a arrancarte de mi. Y cuántas veces ese miedo mismo a arrancarte de mi llevó a que te pierda (nos pierda) ? Suena contradictorio y un poco irónico, pero vos y yo estamos llenos de contradicciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario